Por William Efraín Abella Herrera
Miembro Corporación Caucana de Periodistas CCP
Los anfibios del mundo están en peligro de extinción. Una tercera parte de ellos está gravemente amenazada. Ciento veinte especies de estos animales han desaparecido. “Esta repentina disminución de la población de ranas y sapos también se ha detectado en áreas protegidas” señala el biólogo Francisco José López López.
Esta situación mundial, es fruto de una cascada de eventos que ocurren en nuestro planeta, entre ellas la presencia de un hongo que ataca la piel de los anfibios impidiendo su respiración, lo que les lleva a la muerte.
El cambio climático, la alta radiación ultravioleta, la contaminación de las fuentes de agua, la pérdida del hábitat de los anfibios por la deforestación, las quemas, el uso de pesticidas y agroquímicos inciden en forma negativa en las poblaciones de anfibios. “Otro factor es el tráfico ilegal de ranas de coloración vistosa apetecidas en el exterior”, indica López López.
Se plantea que después de la desaparición masiva de los dinosaurios, el mundo no había sufrido la extinción de especies que ocurre hoy con los anfibios, teniendo consecuencias en el quehacer de los seres humanos. Al no presentarse el control biológico que sapos y ranas hacen sobre insectos que afectan la salud humana y la agricultura, es de esperar que se afecte la economía de los países y sus comunidades.
“También se privaría a la humanidad de los beneficios que se obtienen de los venenos de algunas especies de ranas, que poseen tóxicos de los cuales se puede obtener analgésicos hasta veinte veces más potentes que la morfina, lo que obligaría a sintetizarlos en el laboratorio a muy altos costos” recalca Francisco López.
La comunidad científica internacional adelanta desde hace diez años una serie de investigaciones y campañas para revertir estos efectos sobre los anfibios. Uno de ellos ha sido declarar el 2008 el Año Internacional de la Rana. Gran parte de este esfuerzo se hace en Colombia que es el país con la mayor diversidad de anfibios en el mundo..
En ese marco todos podemos ayudar a prevenir la extinción de ranas, sapos y otros anfibios respectando las diversas expresiones de vida. “Estos animales son una forma de vida que es muy común hallarlos en nuestro medio, de observarlos en nuestros jardines o zonas verdes. Pues lo que debemos hacer es no matarlos, dejarlos donde están. Ellos son muy útiles controlando las especies que nos pueden hacer daño a los seres humanos”
En Popayán, como en otras ciudades, los humedales se han drenado para la construcción de urbanizaciones y eso ha contribuido a la disminución de muchas especies de anfibios que eran abundantes en la región. Conservar el hábitat de los anfibios es el objetivo. Hay que proteger las riberas de ríos, quebradas, las lagunas y humedales de nuestro entorno, en un esfuerzo comunitario de preservación de la vida.
Fotografías Francisco José López López, Biólogo Universidad del Cauca, especializado en Anfibios y Reptiles. Mayor información sobre 2008 Año Internacional de la Rana en www.amphibianark.org y www.alpza.com
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